Historia

Clero Diocesano y Castrense

Esta fotografía, tomada en Melilla, fue realizada en el estudio fotográfico de Foto España Truchaus y Cano. Su datación nos lleva al año 1918, cuando el capellán Don José María Campoy llegó por primera vez a Melilla para asumir el cargo de capellán del Regimiento de Infantería de San Fernando 11. Posteriormente, regresaría en 1921 para sustituir al capellán titular del Regimiento de Cazadores de Alcántara 14, quien se encontraba enfermo. Lamentablemente, la muerte lo sorprendería en Monte Arruti, junto a los escuadrones de Alcántara 14. (De pie, sexto desde la izquierda).

En la foto, se encuentra el Clero Diocesano, con los siguientes integrantes sentados: el muy Ilustre Sr. Don Miguel Acosta Algarra, Vicario Eclesiástico de Melilla; Don Pedro Doña, coadjutor de la única parroquia de Melilla; y Don José Casasola, Vicario Eclesiástico que sustituyó a Don Miguel Acosta.

Esta emotiva fotografía representa la despedida del Vicario Sr. Acosta en octubre de 1918, dejando una huella imborrable en la historia de Melilla y el corazón de quienes lo conocieron. Un testimonio invaluable que nos conecta con el pasado y resalta la importancia de aquellos líderes espirituales que dejaron un legado perdurable en la comunidad.

Carcaño
Carcaño
PARROQUIA CASTRENSE FRANCISCO CARCAÑO MAS 003

Francisco Carcaño Más

Nació en Torrevieja (Alicante) el 2 de julio de 1886.  Hijo del industrial Francisco Carcaño  Samper y de Rosa Más Andreu. Fue el mayor de cinco hermanos.En 1902 ingresa en la Academia de Ingenieros de donde salió con el empleo de primer teniente cinco años más tarde. Su primer destino sería la Compañía de Zapadores de la Comandancia General de Melilla.

En la Campaña de 1909 tuvo una destacada actuación. Participó dirigiendo las oras de algunas posiciones exteriores, entre ellas las de Sidi Musa y Ait Aixa. Por los combates de los días 20 y 23 de julio y 29 de septiembre se le concedió sendas cruces del Mérito Militar.

En la Campaña del Kert (1911-1912) tuvo a su cargo las palomas mensajeras que tan buen resultado dieron para enlazar la Plaza con las diferentes posiciones.

Es en estos años cuando junto con el también ingeniero Emilio Alzugaray dirigió varias obras en la ciudad, siendo quizá la más destacada el antiguo colegio del Buen Consejo en la calle Lope de Vega.

En 1914 regresa a Melilla teniendo como destino la Comandancia de Ingenieros.Desde el 12 de julio de 1920 sustituye al capitán Ramón Abenia como ingeniero de la Junta de Arbitrios; cargo que desempeñó hasta marzo de 1922 por ascenso, pasando entonces a ocuparlo el capitán Jorge Palanca.

Fue en ese período cuando se le encomendó el proyecto de nueva Capilla Castrense.Al crearse en marzo de 1927 la Junta Municipal fue nombrado vocal militar suplente de la misma.

En 1929 y con el empleo de comandante marchó a Almería como ingeniero de la Diputación Provincial. Un año después causaba baja en la Junta Municipal.

Al ascender a teniente coronel en 1933 es destinado a la Comandancia de Obras y Fortificaciones de la Base Naval de Mahón en Menorca.

En febrero de 1936 le espera un nuevo destino, Gijón. Pero, cuando en julio de 1936 se inicia la Guerra Civil él estaba en Mahón donde sería fusilado por los republicanos.

Su impronta como ingeniero pervive en Melilla en multitud de obras al igual que es de destacar su faceta como historiador y escritor.Estuvo casado con Mercedes Alonso Cuevillas Rodríguez.

Julián de Diego y García Alcolea

Clérigo español nacido en Hontanares (Guadalajara) el 16 de febrero de 1859 y fallecido en Santiago de Compostela el 16 enero de 1927.


Siendo Vicario General Castrense y Patriarca de las Indias Occidentales fue el encargado de bendecir la nueva Capilla Castrense construida en Melilla el 22 de noviembre de 1923.
Viajó a la Plaza acompañado del secretario del Vicariato D. Plácido Zaidín; los ayudantes señores Polo y capellán D. David Araujo así como un familia

Inauguración de las obras de la nueva Capilla Castrense

Gracias a la iniciativa de doña Eleutería Silvestre Quesada, madre del general Manuel Fernández Silvestre y con los fondos adquiridos mediante suscripción, en la mañana del 18 de septiembre de 1920 se procedió a la inauguración de las obras de la nueva Capilla Castrense proyectada por el capitán ingeniero Francisco Carcaño Más.
Acompañaron al comandante general en este acto el general presidente de la Junta de Arbitrios, Federico Monteverde junto con sus respectivos ayudantes y otros miembros de la oficialidad.
Concurrieron al acto, respaldando con su presencia la labor de doña Eleuteria, sus hijas, la señora de Monteverde y otras damas de la sociedad melillense del momento.
Asimismo concurrió el personal de la Sección de Obras y el autor del proyecto.
La ceremonia religiosa estuvo a cargo del teniente vicario castrense don Plácido Zaidín, quien fue auxiliado por los capellanes don Ramón Elías y don Francisco Velasco.
Ante el público presente regó con agua bendita el terreno, sobre el que se ha de edificar el nuevo templo. El acto revistió extraordinaria solemnidad y emoción.

Francisco Matellán del Valle

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